El atletismo vigués se ha quedado huérfano de padre tras la muerte del que fue atleta, juez, entrenador y directivo de esta casa, D. Alfonso Posada Sánchez.
El atletismo español amanecía hoy con la terrible noticia del fallecimiento de nuestro querido Alfonso Posada (Vigo, 1931), quien nos dejó el pasado lunes por la noche a los 91 años de edad.
Alfonso, quién en la actualidad ostentaba el cargo de presidente emérito del Grupo Celta Atletismo, fue un referente para todo el atletismo nacional, especialmente para el autonómico y el local, tras dedicar toda su vida a uno de, como decía él, uno de sus tres amores.
Alfonso coqueteó desde muy pequeño con el mundo atlético, gracias a sus profesores de educación física, entrenando y compitiendo en unas pistas de Balaídos muy diferentes a las actuales. Sobre la ceniza, llegó a coronarse como campeón provincial juvenil de los 400m, para más tarde convertirse en entrenador.
Cómo entrenador, estuvo al mando de los atletas olímpicos Rogelio Rivas y Carlos Pérez, que más tarde pasaría a Alfonso Ortega, para centrarse más en la labor organizativa, ejerciendo como delegado de la Federación Galega de Atletismo con tan solo 16 años.
En esta última, como organizador y presidente, fundaría, tras el encargo de Venancio, ex-jugador y delegado del Real Club Celta de Vigo, la sección de atletismo. Dicha presidencia la ocuparía hasta el 2014, cuando decidió delegarla para así poder atender a uno de sus otros amores, su mujer María Isabel González, primera juez del atletismo gallego. Ambos fueron galardonados en la gala del Centenario de la Federación Galega de Atletismo celebrada el pasado mes de diciembre.
El amor por este deporte, y su admiración a todos aquellos que lo practicaban, provocó que con tan sólo 14 años empezara una andadura como cronista de este deporte, carrera que mantuvo durante 78 años en el periódico vigués “Faro de Vigo” a través del seudónimo de G. Reyes, un homenaje y traducción del nombre de uno de sus atletas más admirados, Gaston Reiff.
Pero la figura de Alfonso, no sólo se quedaría ligada a estos quehaceres, sino que, con todo ese bagaje le convirtió en un gran experto y estadístico atlético formando parte del nacimiento en junio de 1987 de la Asociación Española de Estadísticos de Atletismo (A.E.E.A.) de la que era Presidente de Honor.
Alfonso ha sido sin duda una de las figuras más importantes del tartán en el último medio siglo, siendo reconocido con numerosas menciones como la de Vigués Distinguido, insignia de Oro y Brillantes del R. C. Celta de Vigo y la Insignia de Oro de la Federación Gallega de Atletismo entre otras.
Sin lugar a dudas, Alfonso deja un vacío enorme en nuestros corazones, aunque nos deja un legado y camino a seguir. Te echaremos mucho de menos.
D.E.P
