Triste noticia para el atletismo céltico de siempre, al saber del fallecimiento de Antonio Fernandez Rodriguez en Vigo, a los 80 años, en el dia de hoy.
Fué uno de nuestros mejores técnicos, aunque por enfermedad tuviera que dejar esta pasión de su vida años ha, en contra de sus mejores deseos.
Recordemos que formó a un atleta excepcional, David Gómez, al que trajo de O Rosal, donde le había detectado, olímpico en Atenas 2004 y Pekin 2008 y subcampeón mundial junior de decathlon en Santiago de Chile 2000.
Tambien a Maria José Fernández, múltiple campeona y plusmarquista española del lanzamiento de jabalina, la primera mujer en España por encima de los 50 metros.
A su hijo Toñito Fernández, excampeon y exrecordman gallego de pértiga, que subió el listón hasta 4,65 metros.
Y a otros muchos.
Antonio fué un técnico excepcional y lo recordaremos siempre con admiración y gratitud, porque aportó y contribuyó notablemente al progreso del atletismo céltico, gallego y español.
¡Antonio, descansa en paz!
Carta de David Gómez:
Adiós Antonio. Fuiste mi entrenador, mi mentor y mi guía.
Recogiste a un adolescente de 16 años al que le apasionaba el atletismo y lo convertirse en el atleta, la persona y el entrenador que a día de hoy soy.
Dedicaste 12 años de tu vida y de la mía a pulir un «diamante en bruto» como tu decías y convertirlo en el mejor atleta que pude haber sido, motivándome a su vez para algún día convertirme en entrenador como tu.
Eras una persona con un carácter muy especial, cascarrabias tal vez fuese la palabra que mejor te definía, pero pese a ello eras una persona afable a la cual todos tus atletas admirábamos, por todo el tiempo que nos dedicabas, por lo mucho que nos enseñabas sobre al vida y porque siempre tenías tiempo para sacarnos una sonrisa con tus chistes malos cuando las cosas no iban tan bien como deseábamos.
Como atleta quizás siempre se me haya definido como «luchador», pero sin duda tu tienes mucha culpa de ello. Fuiste capaz de rebuscar en mi interior para encontrar mis mejores virtudes y explotarlas, aprendí de ti a ser luchador, tenaz, constante y amante de este deporte. Siempre hablabas de las cuatro «D», Deseo, Decisión, Disciplina, y Determinación, sin ellas no llegarías a nada ni el deporte ni en la vida. Las he aplicado siempre, tanto en el deporte como en la vida, ahora prometo seguir utilizándolas para acercarme lo más posible a ser tan buen entrenador y amigo para mis atletas como lo fuiste tu para mi.
Adiós Antonio, comparte tu sabiduría allí donde estés.